Activos. ¿Qué son y cómo se clasifican?

El control de los activos fijos es fundamental en las organizaciones. Sin embargo, muchas no son conscientes de su necesidad porque precisamente no tienen claro a qué nos referimos cuando hablamos de “activos”.

Para iniciar, diremos que este es un término básico de contabilidad. Y refiere, de acuerdo a las Normas Internacionales de Contabilidad Financiera (NIIF) y al Plan de Cuentas del Consejo Nacional de Armonización Contable (CONAC) a los recursos controlados por una entidad como resultado de sucesos pasados del que se espera obtener un beneficio económico futuro. 

Ahora bien, si lo pensamos un poco esta definición resulta bastante amplia. Por tal razón, la contabilidad también suele clasificar los activos de diversas maneras. Pero para fines operativos, las empresas suelen hacer una distinción de acuerdo a su liquidez, obteniendo dos tipos:

Activos Circulantes

Volviendo al Conac, indica que son aquellos recursos cuyo flujo normal de realización no exceda un año, a partir de la fecha de la realización de los estados financieros. Es decir que pueden volver a ser líquidos dentro de ese periodo, cuando se necesite. Por eso, también se les llama activos líquidos o corrientes.

Activos No Circulantes o Fijos

De otro lado, los activos fijos o no circulantes son los bienes, derechos o valores duraderos que son adquiridos para ser explotados por la empresa, no van a ser comercializados y  pueden redimirse cuando ha pasado como mínimo un año.

Los activos fijos pueden ser intangibles como las marcas, las patentes o los derechos de autor. O, pueden ser tangibles como:

  • Inmuebles.
  • Instalaciones técnicas.
  • Maquinarias.
  • Mobiliario.
  • Equipos informáticos.
  • Vehículos.

 La depreciación de los activos fijos

Los activos fijos tienen la característica de que conforme pasa el tiempo desde su primer uso, van perdiendo valor. Por esta razón se dice, que tienen una vida útil que suele estar determinada por la propia organización de acuerdo a su utilidad para la empresa y su vigencia u obsolescencia tecnológica.

A medida que un activo fijo va depreciándose, las empresas suelen reflejarlo en sus estados contables como gastos. En México, las tasas de depreciación específicas de cada tipo de activo fijo están determinadas por la Ley de Impuesto Sobre la Renta en su artículo 34.

Para concluir, podemos decir que es importante tener control de los activos fijos con el fin de mantener una buena salud financiera y operativa de la empresa. En relación a esto, HTK, ofrece una solución integral de levantamiento inteligente de activos fijos que le permitirá mantener tranquilidad operativa.

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