Principios de la contabilidad aplicables a los activos fijos
Si la contabilidad ayuda a tomar decisiones es porque es una disciplina que procura recoger datos financieros de la empresa, analizarlos y presentarlos de una manera objetiva y clara para todos. Por esto, es que su desempeño tiene como guía ciertos principios que la ayudan en esta tarea. La mayoría de ellos fueron establecidos en la Sétima Conferencia Interamericana de Contabilidad que se realizó en Argentina en 1965.
Y aunque su número varía dependiendo del enfoque, en nuestro país se suelen adoptar 8, teniendo como referencia la NIF A-2 de Postulados Básicos. Y de ellos, los principios de la contabilidad aplicables a los activos fijos específicamente, son al menos 6. Los cuales conoceremos a continuación, teniendo en cuenta en qué proceso contable pueden regir:
Identificación y registro
Como ya lo hemos venido mencionando, uno de los primeros pasos a dar con los activos es decidir si se capitalizan o no. Además de cómo y cuándo hacer su registro. En razón de ello, los principios a continuación sirven al propósito de orientar en esta tarea.
Sustancia económica
Este principio sirve para ayudar a delimitar lo que es un activo fijo y si es capitalizable o no, diciendo que <<la sustancia económica debe prevalecer>>. Esto quiere decir que debe considerarse más el valor económico que un bien tiene para la empresa que el valor legal. Por ejemplo, para algunas compañías, una impresora puede ser un activo fijo, si su negocio principal es la impresión. En cambio para otras, como una gran empresa industrial productora de alimentos, puede ser más bien uno corriente.
Devengación contable y realización
En resumen, este principio postula que <<las transacciones, transformaciones internas y otros procesos se reconocen en su totalidad en el momento que ocurren, independientemente de la fecha de su realización>>.
Aquí, debemos entender que las transacciones equivalen a los intercambios, por ejemplo, a la compra o alquiler de un activo fijo. Por transformaciones internas, nos referimos a aquellas que tienen que ver con las mejoras o el mantenimiento de un activo. Y otros procesos, son cualquier otro fenómeno interno o externo que afecte el valor económico del bien, como la inflación.
Todo ello debe reconocerse tan pronto sucede, y no cuando se produce el pago o cobro (realización). Y debe incluir todo aquello relacionado a la operatividad del bien, como la instalación, construcción o similares.
Período contable
Por este principio es que se divide la vida útil de un activo fijo en períodos en los que se puede amortizar o depreciar y reconocer su pérdida de valor. Como ya hemos explicado, esto puede proveer de fluidez de efectivo a la empresa para operar durante el siguiente período. Asimismo, ayuda a reconocer los gastos asociados a la puesta en marcha de los mismos.
De otro lado, también le otorga a la empresa la capacidad de analizar su situación financiera, el patrimonio que posee y las posibilidades futuras de desarrollo.
Valuación
Durante este proceso se estima el valor económico de un bien en un momento determinado de su vida útil. Para ello se vale de los siguientes principios:
Valuación o Valor histórico
<<Los efectos financieros derivados de las transacciones, transformaciones internas y otros efectos deben cuantificarse en términos monetarios, con el fin de captar el valor económico más objetivo de los activos>>.
De acuerdo a este principio, los activos fijos son valuados en términos monetarios para conocer su valor. Pero además, este valor debe ser actualizado más allá de su valor original, incluyendo los ajustes relacionados, por ejemplo, a la variación de precios en un territorio.
Asociación de costos y gastos
Según este principio, <<los costos y gastos de una entidad deben asociarse con el ingreso que generen en el mismo período>>. Siendo esta la principal razón por la que se deprecia o amortiza un activo fijo, para relacionar su desgaste (gasto) con los ingresos que produce dicho bien al estar operativo.
Presentación
Finalmente, cuando se trata de cómo se muestran los activos fijos en los estados financieros, el principio que señala la forma en que aparecen es el siguiente:
Consistencia
Mediante este principio, debe haber coherencia en el tratamiento contable que se le da a distintos activos fijos de la misma clase o al mismo activo a lo largo del tiempo. Regresando a las depreciaciones, el mismo método debe aplicarse en diversos periodos. Pues si se cambiara con cada año, sería imposible comparar y hacer estimaciones para los directivos, accionistas, o instituciones crediticias.