Relaciones y diferencias entre un inventario de activos corrientes y activos fijos

Si conoces muy bien tu empresa, probablemente este tema te parecerá obvio. Pero, es posible que muchos aún consideren que los activos fijos y los corrientes se controlan de la misma forma. Que basta con un solo sistema o un solo inventario para tratar estos dos tipos de bienes. Al fin y al cabo, solo se trata de contar lo que tienes, ¿no?

Pues no tanto. La realidad es que si bien es cierto que ambos comparten algunos objetivos y metodologías, es importante considerar también las diferencias entre inventarios de activos corrientes y activos fijos para que podamos aprovecharlos al máximo. 

 Definiciones básicas

Antes de empezar, recordaremos cuáles son las diferencias, que ya mencionamos en un artículo anterior, entre un activo fijo y uno corriente. Aquí un resumen:

Activo fijo Activo corriente
Puede convertirse en dinero en un plazo mayor a un año. Menor a eso, significaría una mala inversión. Puede convertirse en dinero en un plazo menor a un año. Mayor a eso, significaría un riesgo de costos excesivos de mantenimiento y puede dañarse o perder vigencia.
Se usa para la producción de bienes y servicios. Se usa para obtener flujo de efectivo diario y ganancias.
Se considera típicamente en la hoja de balance dentro del rubro de Planta, maquinaria y equipo del grupo de los activos. Se considera dentro de activos corrientes en la hoja de balance.
Se deprecia. No se deprecia.

 

 En qué coincide un inventario de activos fijos y uno de activos corrientes

Ahora, podemos ya hablar de los criterios comunes que hay al realizar tanto un inventario activo fijo como uno de activos corrientes. Lo básico que tienen ambas actividades en común es que hacen un seguimiento y registro de los bienes con los que cuenta la empresa. 

Después, podemos decir que gracias a ambos tipos de inventario, siempre se puede asegurar que la producción sea continua y no haya ni excesos, ni escasez de aquello que la empresa hace para obtener ganancias. Satisfaciendo, asimismo, la demanda del cliente, lo que incide, también, en su satisfacción y la buena reputación de la compañía. 

Además, al realizar inventarios, se asegura que los activos no se malogren o desperdicien por pérdidas, por no saber dónde se encuentran o por no conocer en qué estado se encuentran. Y, como consecuencia, indican cuándo es momento de hacer un cambio de mercadería o de equipos para evitar que falle la cadena de servicio o productiva.

Al otorgarle un código a los bienes, los inventarios aseguran que es posible identificar los bienes y seguirlos durante todo su ciclo de vida dentro de la empresa. Esto también se relaciona con obtener una mejor información de las actividades que se realizan, y, como ya hemos dicho, esto nos brinda el poder de corregir errores en el momento y la situación  precisas. Asegurando así una operatividad eficiente. 

Finalmente, y como consecuencia de todo esto, ambas formas de inventario ayudan a reducir costos dentro de la compañía, pues suman efectividad a todas las operaciones y a la gestión de las mismas. 

 Diferencias entre inventario de activos corrientes y activos fijos

Llegados a este punto, ya podemos explicar las diferencias entre ambos tipos de inventario, más allá del hecho de que ambos se refieren a distintos tipos de activos: 

  • Mientras los inventarios de activos corrientes se dedican a hacer un seguimiento de los bienes que entran y salen del almacén, los de activos fijos siguen a los activos fijos dentro de la empresa, durante todo su ciclo de vida, desde su compra hasta su desecho y procuran administrarlo de la forma más adecuada. 
  • El objetivo de un inventario de activos fijos está en hacer una inspección que permita verificar su estado, limpiarlo o darle mantenimiento cuando lo necesitan. Por otro lado, el de bienes corrientes, lo que busca es tenerlos a la mano de acuerdo a las necesidades comerciales de la empresa, y conocer si se requiere rellenar el almacén con nuevas unidades.
  • En lo que respecta al movimiento de los activos corrientes, estos una vez que salen, solo regresan al inventario cuando un cliente se encuentra insatisfecho con el producto o servicio otorgado. En cambio, los bienes no circulantes pueden cambiar de ubicación constantemente, pero nunca dejarán el inventario. 
  • La información que requiere un inventario de activos fijos es mucho mayor y acumula muchos más detalles que la de un inventario de bienes circulantes, que en múltiples ocasiones solo requiere el SKU o número de referencia único. 
  • Lo mismo pasa con el contacto con los bienes no circulantes, mientras que estos pueden ser manipulados constantemente, los activos corrientes, no se tocan a menos que se trate de compras y ventas.

 

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