La vida útil de los activos fijos post-pandemia de la covid-19
Habiendo establecido que la depreciación de los bienes durante la pandemia no solo no se detuvo por las paralizaciones, sino que en muchos casos se incrementó, aún quedan muchas dudas. Una de las más acuciantes, es respecto a la vida útil de los activos fijos cuando se termine definitivamente la emergencia sanitaria que nos trajo la covid-19.
Esto, máxime si tenemos en cuenta que la contabilidad no es solo un ejercicio de sumas y restas, más bien debe reflejar la realidad financiera de la empresa de la manera más precisa posible. Y dadas las repetidas olas que nos llevaron y trajeron del confinamiento y las restricciones, a veces parece que necesitáramos hacer malabares para lograr ese objetivo.
Por eso, mientras muchas empresas consideraron que debían detener las depreciaciones de sus activos fijos; por el contrario, otras consideraron necesario acelerarla. Y es que en los últimos dos años pasamos de sucesivos períodos de máquinas inactivas a otros de actividad intensa, para luego volver a la paralización.
Todo esto nos hace pensar que corremos el riesgo de inexactitud cuando tratamos de reflejarlo en los estados contables. Y de ser así, ¿cómo podremos -llegado el momento- establecer una base para la gestión de los bienes no circulantes en los próximos años? Porque es innegable que la vida útil de los activos post-pandemia quedará afectada. Aquí tenemos algunas consideraciones:
El cálculo de la vida útil post-pandemia y los indicios de deterioro
Primero, debemos recordar que la vida útil de los activos fijos es un concepto que abarca tanto el plano económico como el operativo y, por tanto, calcularla con exactitud es difícil sino imposible. Lo máximo que podemos hacer son estimaciones y para ello, nos valemos de ciertos parámetros establecidos por la NIC 36, de los cuales ya comentamos en el artículo anterior.
Así, dado que la vida útil está íntimamente ligada al deterioro, debemos fijarnos en los siguientes indicios del mismo, para identificar si las estimaciones pasadas necesitan actualizarse:
Externos | Internos |
El valor del activo ha disminuido significativamente más de lo que cabría esperar normalmente. | Se evidencia obsolescencia física de un activo físico. |
Han existido cambios significativos adversos en el entorno legal, económico, tecnológico y del mercado que afecten a la empresa. | Hubieron cambios significativos en el uso del bien que incidan desfavorablemente en la empresa. |
Se ha incrementado la tasa de interés del mercado y otras tasas que afecten la tasa de descuento para el calcular el valor de uso del bien. | Hay evidencia de que habrá un peor rendimiento económico del activo. |
El valor de los activos en los libros es mayor que su capitalización bursátil. |
Las pruebas de deterioro
Siguiendo a la NIC 36, si se observa la presencia de estos indicios de deterioro, entonces “la entidad estimará de nuevo el importe recuperable del activo”, o lo que llamado de otra forma es una prueba de deterioro. Para hacerlo, es necesario comparar el valor razonable en el mercado del activo (a cuánto debería poder venderse en ese momento), menos los costes que implicarían su venta con el valor de uso, o lo que es lo mismo, cuánto se genera en efectivo por sus uso.
El más alto de los dos se considera su valor recuperable. Este, entonces debe compararse con el valor contable del bien y si este último es más alto que el primero, podremos afirmar que existe una pérdida de valor o deterioro. Por lo tanto, será necesario reflejar esto en la depreciación del activo fijo y en las estimaciones de su uso a futuro.
La reversión del deterioro
Sin embargo, dadas las variaciones del período de pandemia, puede suceder un hecho inverso con la vida útil de los activos fijos post-pandemia: la reversión del deterioro. Y del mismo modo, existen signos de esta reversión a observar:
Externos | Internos |
El valor del activo ha aumentado significativamente más de lo que cabría esperar normalmente. | Hubieron cambios significativos en el uso del bien que incidan favorablemente en la empresa. |
Han existido cambios significativos favorables en el entorno legal, económico, tecnológico y del mercado que afecten a la empresa. | Hay evidencia de que habrá un mejor rendimiento económico del activo. |
Ha disminuido la tasa de interés del mercado y otras tasas que afecten la tasa de descuento para el calcular el valor de uso del bien. |
Una vez establecida la necesidad de la reversión del deterioro, de manera equivalente, “se aumentará el importe en libros del activo hasta su importe recuperable (…) Ese incremento es una reversión de una pérdida por deterioro del valor”.
Así es entonces cómo debe tratarse la vida útil de los activos fijos post-pandemia. Recomendamos entonces, evaluar al final de cada período el deterioro o la necesidad de reversión del deterioro de los activos fijos de la empresa.
Autor: Vanessa Sofia Graos Garnique