Cada vez más gestores y propietarios de negocios están prestando atención a las buenas prácticas en el mercado para la gestión y el control de los activos fijos de las empresas. Es que resulta de vital importancia este control a través de un inventario, especialmente en las grandes firmas, donde los activos se encuentran en amplio número.

La necesidad del control de activos fijos

Los gestores y propietarios de negocios ponen cada vez más sus ojos en el control desde el punto de vista de las empresas, práctica que está muy extendida en el mundo, muchas veces incluso con cierto temor excesivo a ser víctimas de fraude o de ser acusados de incumplimiento tributario, lo que hace que los beneficios para el gerenciamiento queden en un segundo plano.

Es un hecho que los controles internos son de interés común entre los auditores, consultores, empresarios y gerentes generales. Individualmente, todos ellos realizan tareas de una manera convergente con los objetivos que se proponen, pero la verdadera importancia está en el apoyo de la información generada por la estructura de control establecida en la empresa, que además de permitir la ejecución de sus actividades también puede justificar sus decisiones.

Los bienes de uso general representan una parte significativa de los activos fijos de una empresa, especialmente en el caso de la industria. Estos activos tienen una estancia prolongada en la empresa y se utilizan en la producción o suministro de bienes y servicios, para arrendarlos a terceros o para fines administrativos. Por eso es fundamental tener un control de estos a través de la realización de un correcto inventario.

¿Qué son los activos fijos?

Aunque es conocido por muchos, es bueno recordar que los activos fijos pueden ser definidos como los activos tangibles o intangibles destinados al mantenimiento de las actividades de la empresa o industria o ejercidos para este fin, incluyendo las resultantes de operaciones que transfieran a la compañía los beneficios, riesgos y control de estos activos.

Los bienes tangibles son aquellos que tienen cuerpo físico, tal como un motor, una oficina móvil o un edificio, por ejemplo.  Mientras que los intangibles son activos no circulantes. En ambos casos son permanentes pues son necesarios para el correcto funcionamiento de la empresa y no serán comercializados o desechados en el corto plazo.

El control a través de un inventario de los activos fijos debe tener en cuenta el valor real al momento de su registro. La depreciación o apreciación acumulada del bien debe ser parte clara del inventario, pues es considerada como una reducción o incremento del activo, lo cual es importante para la firma.

Un buen control del equilibrio de los activos fijos, así como proporcionar información para la toma de decisiones, también otro aspecto que marca la importancia de la realización de un correcto inventario. Además, permite brindar transparencia a otras partes interesadas en el funcionamiento de la empresa, como los auditores internos e independientes, bancos, requisitos de licitaciones, entre otros.

Por estas razones es tan importante el control de los activos fijos, principalmente en las grandes empresas, que no deben descuidar la realización de un correcto inventario.

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