Diferencias entre activo fijo y activo corriente

Llevamos un buen tiempo hablando de activos fijos, pero quizá para ti todavía sea difícil identificar dentro de tu empresa cuáles son estos y cuáles son activos corrientes. No te preocupes, los límites no siempre son tan claros como deberían y es fácil confundirse.  

Aquí hablaremos de seis diferencias básicas entre ambos tipos de activos. Solo recuerda que dependiendo de las características de cada compañía, aquello que podría clasificarse de una manera, también podría clasificarse de otra.

 Tiempo de permanencia

La primera diferencia entre ambos tipos de activos es el tiempo que permanecen en la empresa. Así, tal y como dijimos en nuestro artículo Qué son los activos fijos, los bienes circulantes se llaman precisamente así porque van a estar dentro de la empresa menos de un año. Esto quiere decir que su utilidad va a ser dentro del corto plazo. 

Mientras que los activos fijos van a permanecer más de un año. De ahí que se llamen fijos, porque el horizonte en el que serán útiles para la compañía será el mediano o largo plazo.

 Liquidez

Otra divergencia entre activo fijo y corriente está en su liquidez. Es decir, en su capacidad de convertirse en efectivo rápidamente. De acuerdo a esto, los bienes fijos no tienen mucha liquidez, porque su principal utilidad es mantener operativa de la empresa y respaldar el

patrimonio de la empresa. 

En tanto, los activos corrientes son más líquidos, porque su fin primordial es proveer del flujo de efectivo necesario para las operaciones.

 Movilidad

Aunque esta es una característica de la que no se habla mucho, los activos fijos suelen estar inmovilizados como la planta, maquinaria y equipo. De otro lado, los activos corrientes suelen ser los que se mueven más en una compañía, casi diariamente. Tales como las materias primas para las fábricas industriales o el stock de una tienda. 

No obstante sus diferencias de movilidad, ambos tipos de bienes deben ser inventariados cada cierto tiempo. Pero el control de cada uno tiene necesidades diferentes.

 Tratamiento contable

Esta diferencia no es muy evidente a simple vista, pero sí cuando se trata contablemente. Como el activo circulante deberá convertirse en efectivo antes de un año, se reflejará en los estados contables como parte del flujo de efectivo que es parte del patrimonio. 

Por otro lado, los activos fijos se capitalizan dentro del balance de situación de acuerdo a su valor inicial y también se integran al patrimonio. Además, los activos fijos se deprecian o amortizan anualmente, para reflejar su pérdida de valor en el mercado. 

 Utilidad operativa

Si por un lado los bienes fijos son usados para cumplir con la misión de la empresa y mantener su operatividad, y no son devueltos al mercado sino hasta que son enajenados. Los corrientes son activos que se comercializan a diario y sirven para que la empresa obtenga el financiamiento que necesita para sostenerse.

 Relevancia financiera

A nivel financiero, los activos fijos y los corrientes también son disímiles. Mientras que los activos fijos sirven para avalar el apalancamiento de la empresa. Y sirven para respaldar la adquisición de nuevos bienes y con ello, el crecimiento de la empresa. 

De otro lado, los activos corrientes ayudan a dar una idea de la estabilidad de la misma. Pues un flujo de efectivo superior a las deudas a corto plazo asegura que la empresa no deberá recurrir a vender su patrimonio para cubrir sus necesidades operativas.

 No hay límites absolutos

En nuestro artículo sobre capitalización, comentamos que no hay categorías específicas para cada tipo de bienes. Ni diferencias absolutas que los ubiquen en determinada clasificación. Así, si una compañía tiene un edificio, puede ser considerado un activo fijo si se dedica por ejemplo a prestar servicios de hotelería, pero puede ser un activo corriente si está en el rubro inmobiliario. 

De esta manera, concluimos que aunque un activo fijo difiere en muchas características de un activo corriente, ambos son muy importantes para tu empresa. Y ninguno debe ser olvidado. Por tanto, debemos tratarlos adecuadamente en el ámbito contable como de gestión.

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