¿Cuáles son los tipos de mantenimiento para activos fijos?

Si el mantenimiento es una actividad que permite darle continuidad a la empresa, porque se centra precisamente en que aquello que permite la producción esté disponible y opere adecuadamente, entonces es necesario planificarlo adecuadamente. Pero, ¿cómo hacerlo?.

Primero que nada, es importante conocer que esta actividad va más allá de una simple reparación o limpieza, por el contrario, debe haber cierta (o mucha) ciencia detrás de ella. Y conocer cuáles son las formas de abordar el mantenimiento para activos fijos, que son variadas y responden a distintos objetivos que puede tener la organización para el aprovechamiento de su inversión, ayuda a hacerlo correctamente. Veámoslo:

 Las diferentes formas de hacer mantenimiento a un activo fijo

Haciendo un recorrido por la teoría, existen muchos enfoques que permiten clasificar el mantenimiento. Algunos, lo clasifican de acuerdo a quién lo ejecuta, personal interno o alguien externo; los contadores, por su parte, lo clasifican de acuerdo al costo, pudiendo ser menor o mayor. 

Sin embargo, la mayoría suele hablar de tres tipos: correctivo, preventivo o predictivo. Estas tres clases responden sobre todo al objetivo que se persigue con el mantenimiento, al cuándo y la manera de desarrollarlo.

 Mantenimiento Correctivo

El mantenimiento correctivo es el primer tipo de mantenimiento que existió, tal como decíamos en el artículo anterior. Podría ser un sinónimo de reparación, porque de eso se trata, de acudir hacia un bien que presenta una clara falla, como un automóvil cuyo motor hecha humo, para ubicar la causa y darle solución, que en el ejemplo podría ser refrigerante o agua. 

Aunque el mantenimiento correctivo puede ser útil en determinadas ocasiones, sobre todo porque devuelve al activo fijo a su operación regular, no siempre es lo más adecuado, más si implica la paralización de equipos críticos en la empresa, como el horno para una panadería. Tampoco lo es cuando implica un costo mayor e inesperado para la compra de repuestos o contratación de personal externo especializado que no se hubiera necesitado en otros tipos de mantenimiento. 

 Mantenimiento Preventivo

Como contraposición, el mantenimiento preventivo lo que busca es evitar que se llegue a la paralización de la maquinaria. Para ello, recoge información general sobre fallas comunes, recomendaciones del fabricante, evaluaciones previas, así como la proveniente del control interno de activos fijos. 

A partir de ella, establece un cronograma de labores de mantenimiento regulares con anterioridad, algunas de ellas pueden ser limpieza, ajuste, reemplazo de piezas, calibración o lubricación, entre otras actividades. Estas pueden ser realizadas por el propio personal de la empresa o se contrata a personal externo. 

De esta manera, al evitarse fallos y paralizaciones, se alarga la vida útil de los activos fijos, además de permitir el ahorro para la empresa, porque los costos ya están programados, no necesariamente implica reparar toda la maquinaria, sino sus partes y al funcionar óptimamente, se evita malgastar recursos.

A pesar de esto, es necesario considerar que el mantenimiento preventivo no puede ser siempre la mejor opción, porque muchas veces se trabaja un poco a ciegas, en busca de posibles fallos y no es posible llegar al verdadero problema. Aparte, si se trata de equipos que no tienen un nivel de criticidad alto para la compañía, puede significar un costo muy alto para la empresa. 

 Mantenimiento Predictivo

Este tipo de mantenimiento suple las falencias de los otros dos, porque también previene fallos y lo hace con información más certera sobre el estado de los equipos o maquinaria. Para hacerlo, se vale de la tecnología para evaluar a los bienes de manera constante, generalmente sensores de inteligencia artificial especializados en medir la degeneración de los equipos. Así establecen alertas térmicas, de vibración, de ultrasonidos, de nivel de aceite, entre otros.

La premisa de este trabajo es que los equipos suelen tener un proceso de desgaste bastante lento, del cual se pueden presentar señales desde el principio, requiriendo que sean interpretadas a tiempo.

Y, al ser constante, no es intrusivo, se realiza durante las operaciones diarias y cuando un diagnóstico demanda acciones urgentes, el personal de mantenimiento y operativo deben saber cómo reaccionar frente a él.

Una limitante con respecto a este tipo de mantenimiento suele ser también el costo, pues no solo requiere comprar equipos de alta tecnología, sino la capacitación de personal especializado.

 

 ¿Cuál de los mantenimientos elegir?

La pregunta obvia que surge es ¿cuál elegir? o ¿cuál es mejor?, la respuesta es todos. Y es que en realidad, los tres tipos tienen sus ventajas y desventajas. Pero allí donde falla uno, puede funcionar otro. Así que lo mejor para cualquier compañía es establecer un plan de mantenimiento de acuerdo a sus objetivos empresariales y necesidades individuales.

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