¿Cuáles son los activos fijos que no se deprecian?

A veces, durante el registro contable de la depreciación surgen dudas respecto a cómo tratar cierto tipo de bienes no circulantes que por sus características no se desgastan. Lo que sucede es que te has topado con una excepción a la regla: activos fijos no depreciables.

Si no conoces del tema más allá de lo que te hemos explicado en artículos anteriores es entendible que no sepas que existían. Por eso, en este artículo vamos a aclarar ¿cuáles son los activos fijos que no se deprecian?.

 ¿Por qué sucede esto?

Antes, debemos decir que si existen activos fijos no depreciables es porque estos no se desgastan o no se usan para el proceso productivo. De esta manera, no generan ningún costo o ingreso para la empresa y por lo tanto, no hay nada para deducir.

Teniendo en cuenta esto último, estos son los tipos de activos fijos que no se deprecian: 

 Activos fijos sin usar

Aunque su nombre lo deja bastante claro, los activos fijos que no se usan son, por ejemplo, los edificios en construcción, la maquinaria o instalaciones técnicas en proceso de ensamblaje. 

Debemos recordar que esto concuerda con lo que ya habíamos escrito en el artículo anterior acerca de cuándo se debe empezar a depreciar un bien: cuando ya se encuentre operativo.

 

 Terrenos

El caso con los terrenos o solares es particular, porque estos, con el paso del tiempo adquieren plusvalía o, en palabras simples, aumentan su valor. El motivo es que se considera que estos activos fijos permanecen a lo largo del tiempo sin desgaste alguno, tal como los señala la NIF C-6

Así, por ejemplo, un solar de 120 hectáreas siempre seguirá siendo un solar de 120 hectáreas aunque pasen 5, 10 o 20 años. Por el contrario, algunos factores como la urbanización o el desarrollo económico de la zona pueden incrementar el valor de este solar. 

No obstante, hay una circunstancia que debe tenerse en cuenta cuando se habla de terrenos y solares que no se deprecian. Y es que también dentro de esta condición hay una excepción, y se refiere a aquellos bienes de este tipo que son utilizados para actividades extractivas como la agricultura y la minería, que sí llegan a desgastarse y requerirán rehabilitaciones para volver a tener el mismo valor.

Similar es el caso con los terrenos afectados por fenómenos naturales que pueden perder su valor total o parcialmente.

 Activos que tienen un uso fuera de la empresa

Ciertas empresas tienen como costumbre el uso tanto personal como organizacional de determinados bienes.  Por ejemplo, las oficinas comerciales que comparten espacio con viviendas, computadoras que se utilizan tanto en casa como en oficina o automóviles que también se usan para trasladar a la familia. 

 ¿Cómo se tratan contablemente los activos fijos no depreciables?

Aunque los activos fijos no depreciables se tratan como parte del patrimonio financiero de la empresa, considerando lo expuesto con anterioridad, existen ciertas normas a seguir cuando se trata del registro contable de los activos no depreciables:

  • Primero, para el tratamiento de los activos que no han sido usados por estar en construcción o ensamblaje, los gastos por estos procesos se descontarán del valor del bien una vez que se encuentren operativos. 
  • En cuanto a los terrenos sobre los que se han construido edificios o se ha hecho algún tipo de obras de urbanización, de acuerdo a la NIF C-6, deberán tratarse por separado como dos activos fijos distintos, siendo que los últimos sí deberán depreciarse en el ejercicio contable correspondiente.
  • Del mismo modo, aquellos espacios que se utilizan para la extracción de materias primas podrán depreciarse descontando los costos de adquisición, exploración, desarrollo y restauración cuando se hayan dejado de utilizar. 
  • De otro lado, los activos fijos que son usados también para fines personales, podrán ser depreciados solo en proporción con el uso empresarial que han tenido. El resto, no podrá ser deducido de impuestos.

 

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