Asiento contable de revaluación de activos fijos
Dentro de la valuación de activos fijos hay un proceso que se diferencia un poco de la depreciación y la amortización, pero que puede ser tan importante financieramente como cualquiera de ellos. Se trata del asiento contable de la revaluación de activos fijos.
Sin embargo, a nivel tributario, su relevancia disminuye tanto que no está ni siquiera contemplada por la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR). ¿Por qué sucede esto? A continuación lo sabremos.
Qué es la revaluación de activos fijos
Primero, entenderemos qué es la revaluación y se trata del proceso de volver a evaluar el valor de un activo fijo para hacerlo más cercano a su valor razonable. Que si recordamos, es aquel acordado entre dos actores del mercado (comprador y vendedor) de forma libre y sin presiones.
Pero a diferencia de la amortización o la depreciación, no solo consiste en disminuir sino que también puede incrementar el valor de los bienes, de acuerdo a los cambios en el mercado.
Un claro ejemplo de revaluación, es la que se da con los solares, que en su mayoría no se deprecian, sino que se aprecian por las condiciones cambiantes de su entorno. En este caso, la mejor opción para reflejar la variación en su valor, es la aplicación de revaluaciones cada cierto tiempo.
Las políticas contables según las NIC-16
Tenemos que hacer una salvedad con respecto a la revaluación y es que la LISR no la considera como una práctica relevante para el establecimiento de tributos. Señalando así en su artículo 16 que:
<<No se consideran ingresos los que obtenga el contribuyente (…) con motivo de la revaluación de sus activos y de su capital>>.
La explicación es simple y es que se trata de un proceso que no necesariamente aumentará el patrimonio de una empresa. Y, más bien, la revaluación será tratada como un débito posteriormente, reajustando la depreciación a ese nuevo valor.
De esta manera, podemos decir que la revaluación no tiene efectos fiscales, ni es obligatoria para los contribuyentes. Esto concuerda con la Norma de Información Financiera (NIF) C-6, del CINIF. Que adopta la posición de no aconsejar la revaluación de activos porque <<no cumple con el postulado básico de devengación contable>>.
No obstante, si tomamos en cuenta la Norma Internacional de Contabilidad (NIC) – 16 Propiedad, Planta y Equipo, sí se considera a la revaluación como un proceso importante. Así, por ejemplo, señala que dentro de las políticas de medición del valor de un bien posterior a su reconocimiento, se pueden adoptar uno de dos modelos:
El modelo al costo
De acuerdo a este modelo, que es el único reconocido por la CINIF, el valor de un bien será registrado en los asientos contables de acuerdo a su costo, menos la depreciación acumulada y otras pérdidas. Usándolo, solo se puede disminuir el valor de un bien, pero nunca aumentar su valor.
El modelo de revaluación
En este modelo, el valor de un bien será contabilizado de acuerdo a su valor de revaluación (teniendo como base su valor razonable), menos la depreciación y otras pérdidas. Bajo este modelo, el valor de un bien puede tanto aumentar como disminuir.
Condiciones para revaluar un activo fijo
Teniéndolo un poco más claro, ¿podemos decir entonces que cualquier bien es revaluable en las mismas condiciones? La respuesta es que no, para ser revaluado un activo fijo debe cumplir con las siguientes condiciones:
- Las partes de un equipo deben revaluarse todas al mismo tiempo.
- Los activos fijos que pertenecen a una misma clase (vehículos, terrenos, maquinaria, etc.) deben revaluarse también simultáneamente.
- Cada tipo de activos fijos debe revaluarse cada cierto período pre-establecido.
- El incremento del valor de un activo se registrará como superávit en los estados financieros.
- La disminución se registrará dentro del resultado del período y si existe un superávit previo, deberá descontarse del mismo.
- La depreciación del activo se adecuará a la revaluación hecha. Si existe una diferencia se acreditará en la cuenta “Excedente de la revaluación”.
Cuándo revaluar un activo fijo
La NIC-16 señala que un activo fijo debe ser revaluado cuando su valor en los libros difiera de su valor razonable de mercado. Como ejemplo, podríamos poner a un equipo que en los libros tiene un valor 1 millón de pesos, pero que en el mercado se estima por 3 millones en las mismas condiciones. En este caso sería necesario revaluar el bien.
También indica que la frecuencia de revaluación estará determinada por <<su grado de suceptibilidad del mercado>>.
Para revaluar un activo, dado que está relacionado con su valor razonable de mercado, se necesitará de la ayuda de un experto en valuaciones. Luego ya la empresa, deberá reconocer el cambio en el valor en sus estados financieros.