El uso de la maquinaria pesada y equipos es perfecto para facilitar las tareas repetitivas o difíciles. Sin embargo, confiar en que pueden operar sin intervención humana alguna, es bastante utópico. La realidad, es que este tipo de bienes solo funcionan óptimamente en determinadas circunstancias internas y externas, por lo que requieren ser monitoreadas para verificar que así sea.
Y esto es importante porque el impacto del funcionamiento inadecuado las máquinas y equipos en la empresa puede ser bastante amplio, aunque a simple vista pueda parecer nimio. ¿Pero cómo lograr conocer el detalle de lo que pasa con las máquinas y equipos a diario y mantener el ritmo de las operaciones diarias? Pues para eso existe la tecnología de control de activos fijos, que permite obtener toda la información que se requiere para determinar protocolos de operación, tiempos de actividad, metas de productividad y demás decisiones estratégicas y operativas.
¿Por qué controlar la maquinaria y equipos?
Como señalábamos en un artículo anterior, los riesgos de descuidar el control de activos fijos como la maquinaria y equipos son muchos, entre ellos:
- Paradas de producción
- Deficiencias en la calidad de los productos
- Desperdicio de recursos
- Inversiones inadecuadas
- Disminución del flujo de caja
Todo esto nos hace asegurar que contar con bienes controlados adecuadamente -y, por tanto, que funcionan adecuadamente- puede dar como resultado los siguientes beneficios:
Información para mejores decisiones
Lo mejor de los sistemas de control de activos fijos -sobre todo los automatizados- es que proveen de información de calidad y constante sobre diferentes indicadores operativos. Esta cuando es bien utilizada, permite hacer un diagnóstico de las condiciones en que las actividades diarias de la empresa se dan y tomar decisiones informadas adecuadas para sus necesidades.
Control de costos operativos
Como consecuencia de esta información para mejores decisiones y de la disminución de episodios de fallos, así como del conocimiento exacto de la ubicación de los bienes, se pueden controlar los gastos contingentes para reemplazar urgentemente maquinaria o equipos inservibles. Del mismo modo, se evita el desperdicio de materia prima y el requerimiento de personal para atender estas situaciones.
Mejora de la productividad
Con maquinaria y equipos en buen estado, las actividades operativas no tendrán impedimento para realizarse de acuerdo a las metas de la compañía. Es más, se puede conocer en qué momento es mejor operar a capacidad máxima y en cuál no. Así como cuáles son los bienes que podrían dar los resultados más adecuados a los objetivos.
Incrementa el ROI
El control de activos fijos elimina casi por completo la necesidad de realizar compras de urgencia. También habilita tiempo para elegir las inversiones que en realidad requiere la empresa y para determinar los mejores proveedores.
Esto, unido a un aumento de la productividad, posibilita que a nivel financiero se pueda observar un incremento de la inversión. Esto repercute en la valoración general de la compañía, en las posibilidades de crédito, atraer inversión y mejorar las oportunidades de negocio.
Mayor precisión en la política fiscal de la empresa
Conociendo mejor la vida útil de este tipo de activos fijos, quienes se encargan de la contabilidad y política fiscal de la empresa pueden reflejar con mayor exactitud su depreciación, influyendo en las obligaciones correspondientes.
Establecimiento de una cultura de responsabilidad y control en la empresa
Todo lo anterior, puede contribuir a la cultura de la empresa aportándole valores de responsabilidad. Para ello, será necesario establecer previamente una política de activos fijos que sea compartida con todo el personal de las diferentes áreas de la empresa.
¿Cómo controlar la maquinaria y equipos?
Para obtener la información que permita obtener los beneficios arriba citados, lo principal es establecer un sistema de gestión de activos fijos. Es cierto que existen muchas formas de hacerlo, pero hoy la tecnología es un componente esencial para un mejor aprovechamiento del mismo.
Generalmente, este sistema debe estar compuesto por etiquetas que recojan la información, un lector de las mismas que transmita los datos a un dispositivo de almacenamiento (o la nube), desde el cual un software podrá procesar y sistematizarlos.
En el mercado existen diversos tipos de etiquetas que permiten el monitoreo de los bienes, que recogen tanto su ubicación e identificación (como las de RFID), como sus condiciones físicas (como los beacons). Estas últimas, además, habilitan la implementación del mantenimiento preventivo, que evalúan a los bienes de acuerdo a indicadores vibración, magnetismo, temperatura, luz, entre otros.
La solución adecuada para cada compañía depende de sus características particulares. HTK-ID ofrece una variedad de etiquetas que se adaptan a las condiciones de operación (humedad, polvo, calor, etc.), así como un sistema de control adaptable al tamaño y presupuesto de su empresa.
Redacción: Vanessa Graos