Activo fijo: ¿Cómo diferenciar los trabajos de reparación y mejoras?
Una confusión común alrededor del mantenimiento de activos fijos es que reparar y mejorar es lo mismo. Y aunque en temas prácticos, los trabajos pueden llegar a ser ejecutados por un solo departamento, las mismas personas, ambas cosas se diferencian en que tienen fines distintos y, sobre todo, se contabilizan de manera diferente.
Para entenderlo debemos tener claro y como referencia algunos conceptos:
- Vida útil
- Capitalización de activos
- Monto original de inversión
- Y la depreciación
Sobre estos temas ya hablamos en artículos anteriores, así que solo bastará con revisarlos para poder entenderlos. Así que vayamos al punto:
Reparación
La reparación y mantenimiento suelen utilizarse como sinónimos en muchas ocasiones, aunque como hemos dicho, no necesariamente lo son. Sin embargo, en este caso englobaremos todo en reparación para fines prácticos que permitan explicar el tema.
Como sabemos, el mantenimiento busca extender la vida útil del bien y que continúe operando óptimamente de manera que no se generen sobrecostos para la empresa. Si bien, en el caso de las reparaciones la extensión de la vida útil busca más bien evitar fallos y que se cumpla con las proyecciones estimadas de uso del activo.
También es característico que las reparaciones o el mantenimiento sean procesos habituales dentro de la empresa, incluidos dentro de las políticas y el plan de gestión de activos.
Mejoras
Las mejoras también son tratadas generalmente por el área de mantenimiento y buscan ampliar la vida útil de un activo fijo, pero a diferencia de las reparaciones, además tienen como fin aumentar la cantidad o la calidad de la producción.
No suceden con regularidad, son situaciones excepcionales, dado que requieren una mayor cantidad de dinero para realizarlas y también de personal técnico con mayor experticia que en el caso de las reparaciones. Además de responder a necesidades y objetivos específicos de la organización.
Hay quienes incluyen al overhaul como una forma de mantenimiento, pero dado que este tipo de actividad sobre los bienes constituye un reemplazo en sus componentes más importantes -como el motor de un auto-, aumentan la vida útil y mejoran sus capacidades de producción, deben considerarse en realidad como una mejora.
LISR
La Ley del Impuesto Sobre la Renta se refiere a estas importantes diferencias. Así, en su artículo 36, apartado I señala:
“Las reparaciones, así como las adaptaciones a las instalaciones se considerarán inversiones siempre que impliquen adiciones o mejoras al activo fijo.
En ningún caso se considerarán inversiones los gastos por concepto de conservación,
mantenimiento y reparación, que se eroguen con el objeto de mantener el bien de que se trate en condiciones de operación”.
En base a esto, podemos considerar que las mejoras son inversiones, que generarán beneficios a futuro, por tanto deben registrarse en el balance general, en una cuenta de activo fijo independiente, tener una vida útil diferente y una depreciación independiente del primer bien.
Por ejemplo, en el caso de una computadora al que se le cambia el disco duro y/o el procesador, la primera tendría una vida útil y depreciación aparte de la de los segundos.
De otro lado, las reparaciones o el mantenimiento, son gastos por concepto de conservación y por tanto se devengan en el estado de resultados de la empresa en el período correspondiente.
En el ejemplo, una reparación implicaría actividades como la limpieza del aparato o instalar actualizaciones del software, cambiarle los puertos USB o arreglar un teclado dañado.
Ambos, las reparaciones y las mejoras constituyen desembolsos posteriores al activo, aunque en el caso de las mejoras deberán contabilizarse con un nuevo monto de inversión del activo con todos sus componentes.
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