¿Por qué capitalizar el valor de un activo fijo?

Las compras son una actividad común en las empresas. Pero el dinero utilizado en realizar dichas adquisiciones puede salir definitivamente de la organización o puede volver a la misma convertida en un activo fijo. 

Estamos seguros que si te ponemos a elegir, optarías por la segunda opción. Si es así, entonces, ¿cómo lograr devolver el valor de un activo fijo a la empresa?, pues a través de la capitalización. Así que a eso nos referiremos en este artículo: 

 Diferencia entre gasto y costo

Antes de empezar, llamaremos a las cosas por su nombre y haremos una diferencia fundamental para entender el concepto de capitalización: gastos y costos. En la vida diaria, estos términos se confunden y hasta son usados como sinónimo, pero en la contabilidad y las finanzas, no.

Un gasto es dinero que se va de la empresa, mientras que, un costo es dinero que jamás se va. Tal como dijimos al inicio, se convierten en un activo que incide en el patrimonio. 

 Qué es capitalizar 

Pero cómo convertir una compra en un costo y no en un gasto, ¿cómo convertirlo en un activo fijo?. Pues capitalizándolo. Es decir, registrándolo contablemente como tal. Al hacerlo, reconoces que este bien forma parte esencial de tu empresa y que te servirá para sostener la producción de los bienes y servicios que ofreces. 

Además, capitalizar un activo fijo, te permite depreciar o amortizar su valor económico. En otras palabras, diferir el pago del mismo en pequeñas partes a lo largo de su vida útil. 

Sin embargo, debes recordar que no todas las compras que haga tu empresa son capitalizables, solo pueden serlo aquellas que tienen las características de activo fijo. Pero que van a ser utilizados exclusivamente para el desarrollo de tus operaciones.

 Qué se puede capitalizar de un activo fijo

Ahora bien, cuando se capitaliza un activo fijo, no solo se incluye el costo inicial de compra del mismo, sino también todos los costos incurridos para ponerlo en operación. Estos pueden ser, por ejemplo, los costos de transporte, de ensamblaje, mantenimiento, seguros, etc. 

Pero además, de acuerdo a la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR) y la NIF C-8 hay otros elementos que se pueden capitalizar en algunas situaciones especiales. Aquí dos casos:

 Capitalizar intangibles

Cuando hablamos de amortización, nos referimos a este tipo de bienes que, de acuerdo a LISR, se llaman “gastos diferidos”. Y más adelante la norma considera erogaciones fiscales por investigación y desarrollo de los activos fijos en períodos preoperativos. 

En el caso de activos fijos intangibles, el concepto de amortización y de erogaciones establecidos por ley son muy relevantes para definir la capitalización de la que serán objeto. Sin embargo, también debemos tener en cuenta lo que la NIC C-8 dice respecto a los costos de este tipo de bienes. Los cuales no incluyen aquellos referidos a la investigación, sino solamente al desarrollo (diseño, elaboración, pruebas y distribución). Por tanto, es necesario tener en cuenta y saber diferenciar bien las etapas preoperativas de los intangibles para capitalizarlas según lo establecido. 

 Capitalizar mejoras

Respecto a las mejoras que se pueden hacer de un activo fijo ya operativo, y siguiendo a la LISR, también se pueden incluir como una erogación capitalizable. No obstante, deben tener ciertos requisitos para que puedan incurrir como tales: 

  • Su aplicación dará como resultado el incremento de la vida útil del activo.
  • Al hacerlas se mejorará la capacidad productiva del activo.
  • También deben influir ( y mejorar) en la calidad de los bienes o servicios ofrecidos por la empresa. 
  • Aumentan el valor del activo fijo.

Todas o por lo menos una de las características deben cumplirse para que las mejoras hechas al activo puedan ser capitalizadas. 

 Cómo capitalizar un activo 

En cuanto a cómo hacer una capitalización, el proceso es algo sencillo, pero requiere de minuciosidad. Estos son los pasos a seguir:

  • Identificar el costo de adquisición del activo. 
  • Establecer los costos asociados a la instalación y puesta en marcha del activo (para estos dos primeros pasos puedes valerte de un software de gestión de activos, como el de HTK-ID, que te permite guardar todos los documentos de compra). 
  • Determinar cuánto tiempo será útil el activo para la empresa.
  • Seleccionar un método de amortización o depreciación y aplicarlo. 
  • Registrarlo en los estados contables. 

 Por qué capitalizar un activo 

Finalmente, capitalizar un activo fijo puede traer muchas ventajas para tu empresa, por ejemplo: 

  • Reduce las variaciones en el flujo de efectivo, dado que los pagos se hacen en pequeños montos durante varios periodos y no en grandes cantidades en un solo periodo.
  • Esto, además, permite estabilizar la deuda con respecto al capital, dándote acceso a créditos para otras necesidades. 
  • Si bien aumentan los activos de la empresa, no aumentan los pasivos. Por lo que no genera desequilibrio en el balance. 
  • Gracias a la depreciación, permite contar con un fondo para compra de nuevos activos fijos. 

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